
El fallo de las cimentaciones y la aparición de las consiguientes grietas, en un alto porcentaje es debido a fallos humanos. Alguien no lo hizo bien, no prestó atención, o se ahorró dinero donde no debía.
Muchos de los fallos de las cimentaciones de las que hemos sido testigos los abogados que planteamos ante los Tribunales reclamaciones por tales causas, raramente se pueden calificar de inevitables.
En las contestaciones a nuestras demandas, se han aducido, por las defensas de los contrarios (arquitectos, promotores, constructores o compañías de seguros), como causa de esos daños estructurales, y que han producido el colapso de la estructura de costosa reparación, el agua subterránea, -como si esta apareciera al azar, por sí sola, y sin avisar, o no se hubiese podido preveer-, y otras, se ha aducido genéricas excusas, como el vicio de terreno, arcillosos/limosos o expansivos (como si existieran terrenos viciosos, y otros que no lo son).
Pero el caso es que ellos nunca son culpables, y sólo es culpa del terreno donde se edificó la casa, o del agua.
Las grietas que vemos desde el exterior o interior de los edificios, -tal vez como las de su casa-, son fallos de cimentación, que son los que peores trastornos dan a los usuarios, y que ponen a veces en peligro sus vidas y haciendas, -llegándose en ocasiones al desalojo de los inmuebles y a su demolición-, y producen en el mejor de los casos, una sensación estética desagradable, una degradación del precio de ésta, haciendo la casa incómoda, inhabitable, y arriesgada.
En los juicios, a menudo, se echa la culpa de la aparición de grietas en estructuras al tipo de terreno, con evidente injusticia, pues el terreno es inocente por completo; fueron los hombres, y no los terrenos, los culpables, pues la expresión de fallos de cimentaciones o del terreno es eufemística: en la mayoría de los casos, los fallos son sólo humanos.
Tenemos incluso publicado en la red, que una vez un perito-arquitecto de la compañía de seguros dijo en un juicio, que los fallos de la cimentación eran como consecuencia de estar las viviendas en zona “nudista”, y claro, al intentar sus propietarios acelerar el crecimiento de los setos separadores de las casas con riegos intensivos, el agua penetró en la cimentación, y tal continuidad e intensidad, fue una aportación extraordinaria, afectando a aquella, y produciéndose el colapso.
Bromas aparte (pero el hecho relatado, lo vivimos), los orígenes de los fallos según las estadísticas, son en cimentaciones superficiales, más o menos por las siguientes razones:
- Por edificar sobre rellenos o terrenos de echadizo, o zonas que han sido vertederos de escombros, o restos antropológicos y sobre estos, sin compactar suficientemente, se posan las cimentaciones – el 25%-
- Por fugas de agua –de redes del ayuntamiento- producidos en terrenos arcillosos / limosos, un 20%.
- Por hacerse distintos tipos de cimentaciones en un solo edificio. Heterogeneidades importantes de la cimentación, otro 20%.
- Por movimientos derivados de actuaciones en edificios colindantes un 10% de los casos.
- Por asientos diferenciales excesivos, otro 10% de los casos.
- Por otras causas, entre ellas, por edificar en suelos expansivos el restante 15%.
En caso de cimentaciones profundas, son por:
- 40% Ausencia de reconocimientos geotécnicos incompletos o inadecuados. Nivel freático, existencia de corrientes subterráneas etc
- 30% Mala interpretación de reconocimientos geotécnicos o desconocimiento de las leyes de la mecánica del suelo, o falta de ensayos suficientes para completar el Informe geotécnico, por no encarecer éste.
- 15% Defectos de ejecución, por ejemplo, falta de comprobación de la profundidad real alcanzada por los pilotes ejecutados.
- 15% Destrucción de elementos de cimentación por agentes agresivos (oxidación de la armadura de la losa, ausencia del empleo de cementos preparados para una humedad excesiva).
Como se ve, no es lo inevitable, o la madre naturaleza, o la culpa del terreno lo que originaron sus grietas. Fue algo humano lo que falló. Alguien no lo hizo bien, no prestó atención, o se ahorró dinero donde no debía. No le ocultamos que las reparaciones suelen ser costosas, pero en ciertos casos, -tal vez en su caso- mucho se puede hacer. ¿Tiene ese dilema? ¿Tiene usted la documentación de su casa? ¿Cuántos años hace que se construyó? Puede estar aún a tiempo de paliar el problema.