
Si el Arquitecto se ha equivocado al redactar el proyecto, y ha dimensionado mal la cimentación, debe hacer caso al Informe geotécnico.
Como no lo haga pueden producirse asientos diferenciales y salir grietas.
Usted tiene grietas en su casa, es un hecho.
¿Sabía usted que el director de obra, de su obra, estaba obligado a verificar la adecuación de la cimentación y de la estructura proyectadas a las características geotécnicas del terreno?
Es decir, tenía que conocer el suelo perfectamente. Y hacer la cimentación en base a ese suelo. Si acudimos al CÓDIGO TÉCNICO DE LA EDIFICACIÓN (CTE), cuando se refiere al proyecto, dice que éste debe contener en su Memoria Constructiva, una “Justificación de las características del suelo y parámetros a considerar, para el cálculo de la parte del sistema estructural correspondiente a la cimentación”.
Como el estudio geotécnico puede afectar al proyecto en cuanto a la concepción estructural del edificio, tipo y cota de los cimientos, se debe acometer en la fase inicial al proyecto y en cualquier caso antes de que la estructura esté totalmente dimensionada.
No se trata de hacer una “proyecto de salón”, bonito de fachada, y que le guste a los propietarios; el proyecto ha de adaptarse al terreno. Para la casa a construir, hay que dimensionar su cimentación de acuerdo con al terreno que tenemos, y como dice el CTE, una vez iniciada la obra, e iniciadas las excavaciones, a la vista del terreno excavado y para la situación precisa de los elementos de la cimentación, el Director de Obra apreciará la validez y suficiencia de los datos aportados por el estudio geotécnico, adoptando caso de discrepancia, las medidas oportunas para la adecuación de la cimentación y del resto de la estructura a las características geotécnicas del terreno.
En otras palabras, si el Arquitecto se ha equivocado al redactar el proyecto, y ha dimensionado mal la cimentación ¡Sr. Arquitecto…pare!… modifíquelo y adáptelo al terrero que tiene delante. Haga caso al Informe geotécnico. Como no lo haga pueden producirse asientos diferenciales y salir grietas, que es el cáncer de las edificaciones.
Es más, la ley exige que en los proyectos de obras de edificación de cualquier tipo, se haga constar expresamente, las características del terreno y de las hipótesis en que se basa el cálculo de la cimentación de los edificios. A estos efectos, el Arquitecto tiene derecho exigir previamente, cuando lo considere necesario, un estudio del suelo y subsuelo que, deberá ser aportado por el propietario o promotor.
El que tenga todo el poder al Arquitecto en la obra, le da a su vez toda la responsabilidad, y llevan a la jurisprudencia a establecer como obligación específica del Arquitecto, conocer el terreno sobre el que se va a edificar, considerando que el hecho de recabar análisis, e informes geológicos del terreno de terceras personas, o no hacerlo, NO LE EXIME DE RESPONSABILIDAD, pues por la competencia que se le supone, y por su condición de suma autoridad en la construcción, incluso asume y hace suyos los eventuales defectos en que pueden haber incurrido quienes lo elaboraron.
Si el Arquitecto, ni siquiera tomó las advertencias expresas que se le hacía en el Informe geotécnico, y no le hizo caso alguno, entonces, los asientos diferenciales y las grietas, está clarísimo que van a aparecer.